RESUMEN:
Cada vez se habla más del sistema de muros de concreto, asociado a la tecnología del vaciado en sitio, y por ende, a la buena selección de formaletas. ¿Y por qué hablamos de este sistema? La respuesta es: productividad, industrialización del proceso, costos programados, economía y mejor desempeño en construcción en altura.

Cabe generalizar que la solución para el sistema la podemos acotar técnicamente como un encofrado de larga vida útil, mano portable, que ofrezca precisión dimensional, con excelente acople entre piezas y que ojalá permita fundir monolíticamente los elementos verticales (columnas y muros) y los horizontales (losas y vigas).
Productividad: Directamente relacionada con la ligereza o portabilidad de los paneles (del orden de 22 kg/m2 como máximo). Se garantiza un armado rápido y estará pronto para ser vaciado en ciclos diarios; pero pensar en una vivienda por día solo será posible con una adecuada colocación del concreto e indiscutiblemente la selección de los métodos de colocación de concretoidóneos, siendo el volumen, la altura del vaciado, el ciclo en el suministro de concreto y las condiciones climatológicas los factores decisivos.
Industrialización del proceso: Primero que todo se debe concebir desde el inicio del proyecto la intención de industrializar los procesos inherentes al sistema de muros de concreto. Esto es, la integración de todas las tareas requeridas en un solo evento, entonces, la construcción de una vivienda será la unidad objeto de una secuencia clara y ordenada de cada labor, partiendo desde el trazo, excavaciones, aceros de refuerzo, instalaciones, acabados y todas las preparaciones que den celeridad a la construcción de todos los componentes de la edificación; procurar siempre el mayor número de actividades simultáneas, tomar tiempos para cada tarea realizada y reducirlos hasta ajustar un ciclo acorde con las necesidades productivas.
Otro tema de gran importancia es la industrialización en el consumo de materiales, ya que facilitará el manejo de “kits” de insumos por vivienda y también en la parte de suministros, sobre todo de carpinterías (metálica, madera y de aluminio) las cuales obedecen a un único patrón de diseño, garantizado por el encofrado usado, permitiendo así su producción en serie.Costos programados: Al entender el costo como un gasto que ya expiró, el sistema de muros en concreto nos ofrece la posibilidad de programar efectivamente cuándo y cómo se dará ese gasto, a tal grado de detalle que conocemos hasta el día y hora en que se generará. Como se tienen pocos materiales para controlar y sus cantidades son de fácil verificación dado que los consumos son prácticamente cíclicos y repetitivos, esto permite ajustar un flujo de caja real, manejar pagos a proveedores eficazmente, requisiciones de materiales a tiempo y un control de presupuesto e inventarios casi en tiempo real, puesto que día a día sabremos cómo ha sido el consumo de un material y no habrá que esperar mucho tiempo para emitir alertas cuando estemos fuera del presupuesto.
Economía: Por no requerir ningún equipo especial para maniobrar los encofrados de aluminio, tenemos ya un ahorro en la operación de estos moldes. Adicionalmente una estructura para cualquier tipo de vivienda, lograda de tal forma que a nivel de obra gris presente superficies homogéneas, libres de detalles, sus debidos plomos y niveles, redundará en omitir revoques o resanes previos al acabado y por consiguiente abarata esta última etapa, en la que fácilmente se puede perder el equilibrio financiero de un proyecto. Las formaletas de aluminio son las que ofrecen una mejor apariencia del concreto terminado, permitiendo minimizar el espesor que tendrán las capas de los acabados y recubrimientos empleados (masillas, rellenos acrílicos, estuco y manos de pintura); siendo esta relación directamente proporcional a su costo, tenemos que a menor espesor, menor consumo de rellenos y menor costo de los acabados.
A lo anterior debemos sumarle la posibilidad de obtener obras mucho más limpias, libres de escombros y con desperdicios mínimos.Desempeño en altura: Como se tienen vaciados monolíticos, se da por terminada toda la estructura con sus muros divisorios y losa, en una sola etapa. Con los debidos controles y restricciones, tenemos que los encofrados usados funcionan como un “cubo indeformable”, el cual iremos moviendo una y otra vez, de tal forma que a medida que vamos avanzando y completando niveles superiores, podemos mantener la verticalidad y plomos deseados.

La virtud de “modulable” de estos moldes contempla inclusive hacer ajustes durante su operación, convirtiéndose en un encofrado dinámico que será solución a cualquier cambio o modificación que se de en sitio. La elevación de los paneles de aluminio al ser manual, es menos susceptible a tener que parar la producción (vaciados) debido a fallas mecánicas en los equipos de elevación.
Las secuencias de armado son simples y repetitivas, lo que genera la nemotecnia deseada de quienes operan estos sistemas, con el único fin de recortar los tiempos y movimientos del encofrado. Adicionalmente, debemos procurar que nuestro proveedor de formaletas brinde todas las garantías de un trabajo seguro en alturas; esto se logra, sí y solo sí, se cuenta con soluciones de tránsito seguro en las zonas de armado (fachadas más que todo), adecuadas plataformas y guardacuerpos, todas estas plenamente compatibles con el encofrado.

En el mercado existen muchos sistemas de encofrados disponibles, pero indudablemente los de aluminio son la mejor opción, pues además de ofrecer lo anterior, traen consigo ventajas como: flexibilidad en su diseño (lograr moldes sin limitaciones arquitectónicas), modulación sencilla de paneles, durabilidad de sus caras de contacto (más de 1500 usos) y una alta adaptabilidad (lograr modificaciones de un encofrado inicial, a un bajo costo).
Nota aclaratoria de responsabilidad: Las observaciones contenidas en este documento son de carácter informativo y deben ser aplicadas y/o evaluadas por el constructor o usuario solamente en caso de considerarlas pertinentes. Por lo tanto, estas observaciones no comprometen a Argos, a sus filiales o a sus subordinados.
«En el mercado existen muchos sistemas de encofrados disponibles, pero indudablemente los de aluminio son la mejor opción».
CONCLUSIÓN
La formaleta es una pieza clave en la construcción de vivienda industrializada. Si contamos con un elemento como el aluminio y que así mismo provea un excelente soporte técnico, podemos augurar total éxito en la construcción de cualquier tipo de estructura con este sistema.